Una frase que salió de la nada, sin pensarlo, y que luego de una semana de analizarla, sigo sin encontrarle fallas.
En una historia, siempre lo menos importante es el final, ya sea en la vida, en los libros, el cine o la música. Siempre lo que menos importa, es el final.
Con una historia puedes reír, llorar, sufrir, pensar y viajar a sitios que nunca imaginaste, ya sea esta ficticia o real.
En un libro te enamoras de la historia, amas cada letra que la compone, vives dentro de él y el libro cobra vida en ti, y lo que importa es lo que pasa ahí, no como termina; De hecho, el final siempre es triste, siempre termina mal, porque pese a que los personajes pueden obtener su "vivieron felices para siempre" tu no lo obtendrás, tu corazón termina destrozado por esa inevitable separación de eso que, al menos por un momento, amaste y convertiste en tuyo, ya no eres parte de la vida de los personajes, esa vida que por momentos se volvió la tuya mismo. Tu no estas incluido en el vivieron juntos para siempre.
Y hablando del "vivieron felices para siempre", me parece que es el peor agravio que un escritor puede cometer frente a su escrito, su historia, ya que eso elimina toda posibilidad de aventuras y la vida misma.
Porque en una historia, sea cual sea, el vivieron felices para siempre es sinónimo de falta de vida; cuando conoces a alguien, no esperas que eso ocurra (o al menos eso crees, pero no lo deseas), lo que en realidad quieres son aventuras, de cualquier tipo y forma, quieres reír y llorar, sufrir y sentir. Sentir justamente es la palabra que más importa y más trasciende, ya que en esta, se resume la vida misma, las aventuras, los amigos y el amor.
Cuando se acaba una historia, dejas de sentir. No existe manera de conseguir un final feliz, ya que siempre, tanto en la vida o en un libro, el final implica la separación. Lo feliz de la historia es el contenido, es la aventura, todo lo que hiciste, y todo lo que esta te hizo sentir, y por eso, amigos míos, les digo con total confianza y sinceridad, que en una historia, SIEMPRE, lo que menos importa, es el final.
*Este artículo es de mi autoría y que no necesariamente refleja las opiniones de todos los que conforman este blog.
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